viernes, 28 de noviembre de 2014

Cada vez menos nieve en la Patagonia

En los últimos 15 años, se detectó un importante descenso de la acumulación de nieve sobre gran parte de la Patagonia que amenaza la actividad turística invernal.

            La nieve, como “producto turístico”, es primordial para la economía de la provincia de Neuquén y de gran relevancia para el resto de las provincias patagónicas. Este fenómeno meteorológico (la nieve) “ayuda a perfilar la “diferenciación” en términos de la estrategia competitiva provincial, no solamente por la presencia del recurso sino también por la variedad en cuanto a grado de dificultad para la práctica de actividades”[1], como esquí y snowbording, dándole así un gran valor turístico.
         Sin embargo, un extraño fenómeno se comenzó a dar desde finales de los años 90 hasta nuestros días, el cual afecta directamente al turismo invernal. Desde 1999, la cantidad de nieve sobre gran parte de la Patagonia ha disminuido de una forma drástica. No sólo eso, sino que también ha tardado en llegar en varios puntos de la cordillera, desplazando así el cronograma de actividades de invierno. En los últimos años, las cotas de nieve “han tendido a ubicarse en niveles más altos, restringiendo el contenido de nieve a sectores medios y altos de las montañas durante la mayor parte del invierno”[2].
         Como podremos ver en el siguiente gráfico, se experimentó un descenso brusco de la nieve acumulada en la Patagonia en 1999, mostrando, para la siguiente década, niveles relativamente bajos comparados con los anteriores a 1998.
Nieve acumulada. Gráfico de salida de modelo NCEP con nieve acumulada totalizada para Junio, Julio Agosto en Patagonia desde 1979 hasta 2013.

         Esta situación es una clara consecuencia del cambio climático producto del Calentamiento Global (aumento de las temperaturas del sistema climático del planeta, producido por el aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero emitidas principalmente por la actividad humana), y es un tanto alarmante para las localidades que contaban (cuentan) con la presencia del recurso nieve como aliado estratégico para el desarrollo del turismo de invierno.
         En Argentina, el turismo de esquí se encuentra en niveles altos de crecimiento. Los centros de esquí se volvieron cada vez más populares y crecieron complementando su oferta con servicios de hotelería y gastronomía de excelencia, según los últimos estudios de oferta y demanda. El producto “nieve” es uno de los más importantes a nivel nacional, siendo de gran interés tanto para turistas nacionales como extranjeros. A lo largo de la Cordillera de los Andes (desde Mendoza hasta Tierra del Fuego) se emplazan los 8 centros de esquí más relevantes que conforman la oferta nacional invernal: “Chapelco (S.M. de los Andes, Neuquén), Catedral (Bariloche, Río Negro), Las Leñas (Mendoza), Cerro Castor (Tierra del Fuego), La Hoya (Esquel, Chubut), Caviahue (Neuquén), Penitentes (Mendoza) y Cerro Bayo (Villa La Angostura, Neuqén)”[3].
         Si bien el desarrollo del turismo invernal esta en alzas –tanto en el incremento del número de visitantes como en el desarrollo de la infraestructura del turismo de invierno-, es innegable el hecho de que el principal recurso que sustenta esta actividad (la nieve) está bajando sus niveles año a año, representando una grave problemática, tanto ambiental como futura económica y turística. Pero, ¿qué se puede hacer ante tal situación?
         El clima es un factor cambiante, incontrolable e imprevisto, por lo cual es, sin dudas, el peor aliado para las actividades turísticas clima-dependientes. Así como puede seguir decayendo el nivel de nieve, es probable (o no) que un año éste se duplique. Pero los centros turísticos cordilleranos no pueden especular con esto, por lo que una posible solución se encuentra en desviar un tanto el enfoque centrado en la nieve, para transformar al turismo de esquí en turismo de montaña.
         En el 8vo Congreso Mundial de Nieve y Montaña, desarrollado en Andorra en abril de este año, se trató dicho tema, en una búsqueda de nuevos perfiles para el turismo que no dependa estrictamente del recurso nieve, que produzcan cambios en las actividades de los centros de esquí del mundo para buscar nuevas estrategias complementarias para atraer al turista. Este nuevo enfoque busca, además de un equilibrio estacional de la actividad turística, el desarrollo de actividades complementarias a las que necesitan de la presencia de nieve, como alpinismo, trekking, cabalgatas, etc.
         Es importante entonces que, tanto el sector público como privado, piensen proyectos a mediano y largo plazo para superar este fenómeno climático y aprovechar así el recurso “montaña”. Esto no significa restar importancia a las actividades de nieve, por el contrario, hay que prestarle mucha atención y desarrollar estrategias para aprovechar el recurso al máximo. Lo que hay que evitar es la total dependencia del mismo y desarrollando actividades complementarias, como montañismo, trekking, cabalgatas, alpinismo, senderismo, entre otras muchas posibilidades.
         Es necesaria la intervención de profesionales en turismo en conjunto con los municipios u otros órganos públicos para brindar una solución, a través de políticas de desarrollo local y proyectos que tengan como fin lo explicado anteriormente. Estas políticas, como bien explica el autor Eugeni Sánchez, son tanto la definición de objetivos como la estrategia y táctica para alcanzarlos, adaptándose al contexto, el planteamiento de un proceso de acción social. En este caso, quienes se ven afectados son tanto los turistas como los residentes, por lo que la acción política deberá tener en cuenta a ambos sectores.
         Los posibles proyectos que contemplen los intereses tanto de la sociedad civil (turistas, residentes, comerciantes, empresas, propietarios de los centros de esquí) como los de la sociedad política (municipio u otros órganos públicos) pueden apuntar al desarrollo sustentable de infraestructura de las posibles actividades complementarias anteriormente planteadas, tanto para temporada de invierno como de verano. Esto conlleva tanto la creación de nuevos puestos de trabajo, como la actividad de marketing y publicidad para atraer al turista. Siempre tratándose de un desarrollo que no afecte el medio ambiente, con detallados y precisos análisis del territorio para no afectar el equilibrio ambiental (es decir, no realizar actividades que perjudiquen al paisaje natural).




BIBLIOGRAFÍA
·         “Mercado del Alto Valle para el producto nieve”, Subsecretaría de Turismo de la Prov. de Neuquén, Facultad de Turismo de la Universidad Nacional del Comahue, 2011.
·         Plan de Marketing Turístico Provincia de Neuquén, 2009
·         SÁMCHEZ, Eugeni, “Geografía Política”, editorial SINTESIS




[1] Plan de Marketing Turístico Provincia de Neuquén, 2009
[2] “Patagonia: Cada vez menos nieve en los últimos 15 años”, Enzo Campetella
[3] “Mercado del Alto Valle para el producto nieve”, Subsecretaría de Turismo de la Prov. de Neuquén, Facultad de Turismo de la Universidad Nacional del Comahue, 2011.

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