En los
últimos 15 años, se detectó un importante descenso de la acumulación de nieve sobre
gran parte de la Patagonia que amenaza la actividad turística invernal.
La nieve, como “producto turístico”, es primordial
para la economía de la provincia de Neuquén y de gran relevancia para el resto
de las provincias patagónicas. Este fenómeno meteorológico (la nieve) “ayuda a
perfilar la “diferenciación” en términos de la estrategia competitiva provincial,
no solamente por la presencia del recurso sino también por la variedad en
cuanto a grado de dificultad para la práctica de actividades”[1],
como esquí y snowbording, dándole así un gran valor turístico.
Sin
embargo, un extraño fenómeno se comenzó a dar desde finales de los años 90 hasta
nuestros días, el cual afecta directamente al turismo invernal. Desde 1999, la
cantidad de nieve sobre gran parte de la Patagonia ha disminuido de una forma
drástica. No sólo eso, sino que también ha tardado en llegar en varios puntos
de la cordillera, desplazando así el cronograma de actividades de invierno. En
los últimos años, las cotas de nieve “han tendido a ubicarse en niveles más
altos, restringiendo el contenido de nieve a sectores medios y altos de las
montañas durante la mayor parte del invierno”[2].
Como
podremos ver en el siguiente gráfico, se experimentó un descenso brusco de la
nieve acumulada en la Patagonia en 1999, mostrando, para la siguiente década,
niveles relativamente bajos comparados con los anteriores a 1998.
Nieve acumulada. Gráfico de salida de modelo NCEP
con nieve acumulada totalizada para Junio, Julio Agosto en Patagonia desde 1979
hasta 2013.
Esta situación es una clara
consecuencia del cambio climático producto del Calentamiento Global (aumento de
las temperaturas del sistema climático del planeta, producido por el aumento de
las concentraciones de gases de efecto invernadero emitidas principalmente por
la actividad humana), y es un tanto alarmante para las localidades que contaban
(cuentan) con la presencia del recurso nieve como aliado estratégico para el
desarrollo del turismo de invierno.
En Argentina, el turismo de esquí se
encuentra en niveles altos de crecimiento. Los centros de esquí se volvieron
cada vez más populares y crecieron complementando su oferta con servicios de
hotelería y gastronomía de excelencia, según los últimos estudios de oferta y
demanda. El producto “nieve” es uno de los más importantes a nivel nacional,
siendo de gran interés tanto para turistas nacionales como extranjeros. A lo
largo de la Cordillera de los Andes (desde Mendoza hasta Tierra del Fuego) se
emplazan los 8 centros de esquí más relevantes que conforman la oferta nacional
invernal: “Chapelco (S.M. de los Andes, Neuquén), Catedral (Bariloche, Río
Negro), Las Leñas (Mendoza), Cerro Castor (Tierra del Fuego), La Hoya (Esquel,
Chubut), Caviahue (Neuquén), Penitentes (Mendoza) y Cerro Bayo (Villa La
Angostura, Neuqén)”[3].
Si bien el desarrollo del turismo
invernal esta en alzas –tanto en el incremento del número de visitantes como en
el desarrollo de la infraestructura del turismo de invierno-, es innegable el
hecho de que el principal recurso que sustenta esta actividad (la nieve) está
bajando sus niveles año a año, representando una grave problemática, tanto
ambiental como futura económica y turística. Pero, ¿qué se puede hacer ante tal
situación?
El clima es un factor cambiante,
incontrolable e imprevisto, por lo cual es, sin dudas, el peor aliado para las
actividades turísticas clima-dependientes. Así como puede seguir decayendo el
nivel de nieve, es probable (o no) que un año éste se duplique. Pero los
centros turísticos cordilleranos no pueden especular con esto, por lo que una
posible solución se encuentra en desviar un tanto el enfoque centrado en la
nieve, para transformar al turismo de esquí en turismo de montaña.
En el 8vo Congreso Mundial de Nieve y
Montaña, desarrollado en Andorra en abril de este año, se trató dicho tema, en
una búsqueda de nuevos perfiles para el turismo que no dependa estrictamente del
recurso nieve, que produzcan cambios en las actividades de los centros de esquí
del mundo para buscar nuevas estrategias complementarias para atraer al
turista. Este nuevo enfoque busca, además de un equilibrio estacional de la
actividad turística, el desarrollo de actividades complementarias a las que
necesitan de la presencia de nieve, como alpinismo, trekking, cabalgatas, etc.
Es importante entonces que, tanto el
sector público como privado, piensen proyectos a mediano y largo plazo para
superar este fenómeno climático y aprovechar así el recurso “montaña”. Esto no
significa restar importancia a las actividades de nieve, por el contrario, hay
que prestarle mucha atención y desarrollar estrategias para aprovechar el
recurso al máximo. Lo que hay que evitar es la total dependencia del mismo y
desarrollando actividades complementarias, como montañismo, trekking,
cabalgatas, alpinismo, senderismo, entre otras muchas posibilidades.
Es necesaria la intervención de
profesionales en turismo en conjunto con los municipios u otros órganos
públicos para brindar una solución, a través de políticas de desarrollo local y
proyectos que tengan como fin lo explicado anteriormente. Estas políticas, como
bien explica el autor Eugeni Sánchez, son tanto la definición de
objetivos como la estrategia y táctica para alcanzarlos, adaptándose al
contexto, el planteamiento de un proceso de acción social. En este caso,
quienes se ven afectados son tanto los turistas como los residentes, por lo que
la acción política deberá tener en cuenta a ambos sectores.
Los posibles proyectos que contemplen
los intereses tanto de la sociedad civil (turistas, residentes, comerciantes,
empresas, propietarios de los centros de esquí) como los de la sociedad
política (municipio u otros órganos públicos) pueden apuntar al desarrollo
sustentable de infraestructura de las posibles actividades complementarias
anteriormente planteadas, tanto para temporada de invierno como de verano. Esto
conlleva tanto la creación de nuevos puestos de trabajo, como la actividad de
marketing y publicidad para atraer al turista. Siempre tratándose de un
desarrollo que no afecte el medio ambiente, con detallados y precisos análisis
del territorio para no afectar el equilibrio ambiental (es decir, no realizar
actividades que perjudiquen al paisaje natural).
BIBLIOGRAFÍA
·
“Mercado del Alto Valle para el producto nieve”,
Subsecretaría de Turismo de la Prov. de Neuquén, Facultad de Turismo de la
Universidad Nacional del Comahue, 2011.
·
Plan de Marketing Turístico Provincia de
Neuquén, 2009
·
SÁMCHEZ, Eugeni, “Geografía Política”, editorial
SINTESIS
[1]
Plan de Marketing Turístico Provincia de Neuquén, 2009
[2] “Patagonia:
Cada vez menos nieve en los últimos 15 años”, Enzo Campetella
[3]
“Mercado del Alto Valle para el producto nieve”, Subsecretaría de Turismo de la
Prov. de Neuquén, Facultad de Turismo de la Universidad Nacional del Comahue,
2011.
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